El príncipe destronado

El príncipe destronado

¿Sabías qué es el síndrome de El Príncipe Destronado? Se trata de la aparición de celos en un  niño con la llegada de un nuevo hermano. Es totalmente normal, pero debemos controlarlo. ¿Cómo puedo saber si mi hijo empieza a tener celos?, ¿Por qué es “normal”?, ¿cómo puedo anticiparme a ello durante el embarazo del nuevo bebé?, ¿cómo puedo controlarlo si ya aparecieron esas actitudes de recelo contra su hermano?… iremos respondiendo a todas estas preguntas a lo largo del artículo.

¿Cómo puedo saber si mi hijo empieza a tener celos? Empezaremos a notar ciertos cambios de actitud, y para eso debemos ponernos en el papel de “detectives”, y observar con detenimiento. El niño puede expresarlo con conductas como: continuas quejas, somatizaciones: malestares físicos (vómitos, dolor de barriga…), llantos sin motivos, mucha sensibilidad, se pueden poner retadores y desafiantes, o negarse a realizar cualquier cosa que se le pida, utiliza un lenguaje más infantil al igual que puede haber un retroceso en sus conductas con tal de captar la atención (descontrol de esfínteres, miedo a dormir solo, querer la chupa…), mostrarse inquieto y nervioso, ser agresivos contra sus padres (aunque en la mayoría de casos suelen ser contra su madre por ser ella quien está embarazada), etc. Se trata de conocer al niño y observarlo para poder darnos cuenta de los cambios.

¿Por qué es “normal”? la llegada de un nuevo miembro en la familia siempre implica cambios ya sea en la estructura familiar como en la rutina de nuestro día a día, reajustando como es el tiempo, los cuidados, la atención, los mimos, etc… así que, el niño verá todo ello como un “ataque” e intromisión en lo que era hasta entonces su espacio seguro.

Por todo ello, los adultos debemos ser conscientes y comprensivos, y tomarlo como un proceso natural y racional. Eso sí, nunca dejar pasar ciertas actitudes, y poner límites. Debemos entender que es un transcurso del niño para conocer el mundo y una adaptación a esta situación desconocida para él. A todos nos asustan los cambios, piensen que a ellos también. Nos expresan su miedo a ser desplazados o reemplazados de esta forma, por ello, es importante, saber controlar la situación, y no perder los estribos en ningún momento.

Entonces, ¿cómo puedo anticiparme a ello durante el embarazo del nuevo bebé? Ya que sabemos que será un proceso casi inevitable, al menos que podamos hacerles sentir el menor sufrimiento posible. Lo primero es que es muy importante que durante el embarazo el hermano mayor tome contacto con su nuevo hermano, pero, ¿cuál es la mejor forma? A través del apego de la mamá, que debe ser seguro y constante en estos momentos. Podemos hacerlo partícipe en todo lo que podamos, que esté relacionado con el embarazo, por ejemplo, ver los movimientos, las ecografías y explicárselas, buscar y adornar el nuevo cuarto, cantarle y hablarle al bebé por las mañanas y por las noches, etc. explicándole en todo momento, que este nuevo hermanito vendrá para unir aún más a la familia, que siempre lo querrán a él, que deberá ayudarlos porque es muy pequeño… y para ello podemos usar cuentos o historias, o incluso también mostrándole fotos de cuando él era pequeño explicándole los cuidados que necesitaba. En definitiva, que el niño sienta que todos son importantes. Consecuentemente, cuando el bebé nazca, el hermano mayor sentirá que debe protegerlo y cuidarlo.

Ahora bien, y ¿cómo puedo controlarlo si ya aparecieron esas actitudes de recelo contra su hermano? A continuación te muestro algunas pautas específicas a tener en cuenta:

• Por supuesto no castigarle, gritarle o enfadarse con el mayor por mostrarse celoso. Debemos mostrarle una actitud de apoyo, sin olvidar que demasiada atención, podría ocasionar en algunos casos, el mismo síndrome en sentido contrario, es decir, una sobreprotección que conllevará a ansiedad al ausentarse su madre, por ejemplo.

• Dedicarle momentos a solas es de vital importancia, por ejemplo dedicarle 15 minutos como mínimo para jugar con él, mostrarle cariño y hacer que se sienta valorado y seguro.

• Evitar otros cambios en la vida del niño. No es momento para introducir más cambios, como por ejemplo, un cambio de colegio o de casa, o de rutina como actividades extraescolares. Así que, es aconsejable mantener los hábitos (horarios de comidas, sueño, costumbres, etc.).

• No utilizar nunca comparaciones ni fomentar la competencia entre hermanos. Esto les llevará a llevarse muy mal no solo entre ellos, sino a fomentar una personalidad competitiva en un futuro que puede verse reflejado en frustración para ellos cuando no consiguen lo que quieren o cuando pierden.

• Es importante entonces así, crear una buena relación entre ellos, enseñarles a ayudar y compartir, dándole al mayor alguna tarea o responsabilidad relacionada con el cuidado del bebé (ayudar a bañarlo o cambiarlo, darle de comer…) y dar refuerzos positivos al mayor, por ejemplo “¡qué bien lo cuidas!”.

• Es conveniente que busquemos momentos para hablar con él, de forma que pueda expresarse libremente, en cualquier momento. Facilítale la expresión de cómo se siente mediante juegos o dibujos, para poder abordarlos adecuadamente.

Como nombré en el primer apartado, este síndrome se puede considerar “normal”, pero siempre y cuando los cambios en los hermanos mayores no pongan en peligro su vida ni la del bebé, y si esto ocurriera, aconsejamos que acudan a nuestro gabinete para poder asesorarlos.

Y no olviden que el amor que sientan los niños dependerá siempre del trato que reciba de sus papás y mamás, así que, protejan y cuiden de sus pequeños.

Karen García Salazar (Psicopedagoga)

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