La percepción que tienen los/as niños/as del lenguaje oral, es en principio global, es decir, es una secuencia continua de sonidos. Por ello, es necesario enseñar a los/as niños/as a percibir los diferentes componentes del lenguaje, de forma aislada, para obtener resultados favorables en el posterior aprendizaje de la lecto-escritura.
Los/as niños/as tienen una escasa conciencia de los sonidos del lenguaje, no son conscientes de que dichos sonidos se dividen en palabras (conciencia léxica), éstas en sílabas (conciencia silábica), y éstas últimas en fonemas o sonidos (conciencia fonémica).
Una vez los/as niños/as han desarrollado y adquirido la conciencia del lenguaje, tanto oral, como escrito, está formado por frases, y a su vez éstas por palabras, es el momento de introducirlos /as en la idea de que las palabras están formadas por cadenas de unidades más pequeñas, las sílabas.
Y, ¿qué es la sílaba? Es cada fonema (sonido) o conjunto de fonemas, que pronunciamos en una sola emisión o golpe de voz cuando decimos una palabra. Por tanto, es necesario que las sucesivas sílabas de la lengua hablada, sean escuchadas y sentidas para favorecer el desarrollo de la conciencia silábica, habilidad para identificar las sílabas que conforman una palabra.
Algunas de las actividades que se pueden realizar para fomentar el desarrollo de la conciencia silábica son:
• Reconocer auditivamente cuántas sílabas tiene una palabra, empleando el uso de las palmas.
• Identificar si una palabra empieza por una determinada sílaba, clasificando dibujos en función de la sílaba inicial.
• Asociar palabras que contengan la misma sílaba final.
• Encadenar palabras, señalando o eligiendo dibujos que empiecen con la sílaba que acaba la palabra anterior.
• Dividir las sílabas de una palabra, pudiendo emplear diferentes tipos de apoyo visual.
• Añadir o eliminar una sílaba dentro de la palabra.
• Ordenar sílabas para formar una palabra.
Cristina Mesa Toste- Bello